1.1. Renovación de la narrativa hispanoamericana a partir de los años 40. Explicar brevemente el realismo mágico.
1.2. El boom de la novela hispanoamericana.
2. García Márquez y su aportación a la narrativa hispanoamericana.
Es innegable que, por encima de cualquier otro, uno de los escritores de mayor resonancia del boom, junto con el recientemente Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, es Gabriel García Márquez.
Hijo de un radiotelegrafista, nació en Aracataca (Colombia). Su abuela materna lo inició en la cultura oral colombiana (leyendas, folklore, regionalismos lingüísticos…). En 1940 se traslada a Bogotá a estudiar Derecho, pero pronto empezó a publicar narraciones en prensa y se sintió atraído por el periodismo. Así, en el diario “El espectador” publicaría reportajes, críticas de cine, cuentos, etc.
Es un autor muy discutido políticamente por amplios sectores de la sociedad, ya que desde los años 90 mantiene una amistad inquebrantable con Fidel Castro y también con el ex presidente español Felipe González. Ha residido en Barcelona. En 1975 trasladó su residencia a México, al ser expulsado de Bogotá. En 1982 recibió el Nobel de Literatura.
Aunque comenzó a escribir a los 20 años, la obra que lo lanzó al éxito mundial la escribió cuando contaba con 40 años (1967). Se trata de Cien años de soledad, una novela a la que Vargas Llosa calificó como el Amadís de Gaula de América. Además, el escritor peruano ha llegado a afirmar que Cien años de soledad ha tenido tanta repercusión en las letras hispanoamericanas como en su día la tuvo el Quijote.
Cien años de soledad es una obra mítica que, como suele ocurrir en tantas otras, nos cuenta la fundación de una ciudad (Macondo), un jardín del Edén que se acabará convirtiendo en un infierno. En ese proceso de degradación que sufre la ciudad se ha visto la ruina del virginal mundo americano, todo ello rodeado por un ambiente mágico que paradójicamente consigue potenciar el realismo de la obra. Esta novela es considerada, por tanto, una de las mejores muestras del realismo mágico.
Anteriormente, había publicado La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1962), Los funerales de Mamá Grande (1962) y La mala hora (1963), que forman lo que podemos calificar como su narrativa breve.
A estas obras les seguirán otras muchas, más allá del boom, entre las que podemos destacar: El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), que es una de sus novelas más hermosas, y que analizaremos detenidamente desde distintas perspectivas, El general en su laberinto (1989), Doce cuentos peregrinos (1992), Del amor y otros demonios (1994), Noticia de un secuestro (1996), reportaje novelado sobre en narcoterrorismo colombiano, la autobiografía Vivir para contarla (2002) y Memoria de mis putas tristes (2004)
Entre otras distinciones, en 1981, el gobierno francés le concedió la condecoración de la “Legión de Honor” en el grado de Gran Comendador, y finalmente, en 1982, le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura y fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su país.
- Gabriel García Márquez. (DATOS SOBRE SU VIDA Y OBRA- Para completar)
El novelista suele recrear lugares imaginarios, decadentes, en un tiempo indeterminado. Sien embargo, se trata de ambientes creíbles, que podrían representar cualquier pueblo caribeño. Por ejemplo, su obra cumbre –“Cien años de soledad”- se desarrolla en Macondo, pueblo inventado que aparece en obras anteriores.
En cuanto al tiempo, éste es circular, cíclico: se contraponen diferentes épocas y elementos anacrónicos.
García Márquez suele usar un estilo sencillo y claro, lo que no contradice el hecho de que aparezcan también continuas imágenes y símbolos de raíz surrealista. El narrador suele ser omnisciente, y usa la tercera persona.
En cuanto a la temática, el novelista desarrolla temas universales: el paso del tiempo, el destino trágico, los amores prohibidos… Sin embargo, introduce motivos propios de la sociedad hispanoamericana: el aislamiento, la soledad, las dictaduras, la violencia.
Utiliza recursos del cuento, la leyenda popular y la fábula, pero también se basa en vivencias y anécdotas propias. Sus obras contienen continuas referencias a la historia de su país. Estos aspectos provocan una desconcertante sensación de realidad distorsionada por los elementos fantásticos propios del Realismo mágico.