Para el viernes, es decir, mañana, debéis intentar realizar, tal como vimos en clase (tomad el ejemplo), el comentario literario del siguiente ROMANCE, ojo, lo primero que tendréis que recordar o buscar es qué es un romance. El tema seguro que os es familiar. ¡Mucha suerte!
"Mensaje de Alvar Fáñez y perdón del Cid"
Llegó Alvar Fáñez a Burgos
a llevar al rey la empresa
de cautivos y caballos,
de despojos y riquezas,
a llevar al rey la empresa
de cautivos y caballos,
de despojos y riquezas,
con cien llaves de las villas
y castillos que rindiera.
Los que a lo lejos los vían
piensan que es gente de guerra,
y castillos que rindiera.
Los que a lo lejos los vían
piensan que es gente de guerra,
y en grande alegría tornan
al saber del Cid las nuevas.
Entró Alvar Fáñez al rey,
y pidiéndole licencia,
al saber del Cid las nuevas.
Entró Alvar Fáñez al rey,
y pidiéndole licencia,
besóle la mano y dijo:
—Rey, reciba vuestra alteza
de un hidalgo desterrado
la voluntad por ofrenda.
—Rey, reciba vuestra alteza
de un hidalgo desterrado
la voluntad por ofrenda.
De aqueste don que te envía
toma solamente en cuenta
que es ganado de los moros
a precio de sangre buena;
toma solamente en cuenta
que es ganado de los moros
a precio de sangre buena;
que con su espada en dos años
te ha ganado el Cid mas tierras
que te dejó el rey Fernando,
tu padre, que en gloria sea.
te ha ganado el Cid mas tierras
que te dejó el rey Fernando,
tu padre, que en gloria sea.
Y una merced sola pide
el Cid, que tu mano besa,
y te suplica le envíes
sus hijas y su Jimena;
el Cid, que tu mano besa,
y te suplica le envíes
sus hijas y su Jimena;
salgan de su soledad
de San Pedro de Cardeña
y vayan a ser señoras
de la ciudad de Valencia.
de San Pedro de Cardeña
y vayan a ser señoras
de la ciudad de Valencia.
Apenas calló Alvar Fáñez,
cuando la envidia revienta
y el conde García Ordóñez
hablaba en mala manera:
cuando la envidia revienta
y el conde García Ordóñez
hablaba en mala manera:
—De las ganancia del Cid,
buen rey, no hagáis mucha cuenta,
que cuanto ganó en un año
acaso en dos días pierda;
buen rey, no hagáis mucha cuenta,
que cuanto ganó en un año
acaso en dos días pierda;
querrá que el destierro olvides
con esto que te presenta.
Caló Alvar Fáñez la gorra,
y empuñando con la diestra,
con esto que te presenta.
Caló Alvar Fáñez la gorra,
y empuñando con la diestra,
tartamudo de coraje,
le dio al conde esta respuesta:
—¡Cortesanos, maldicientes,
cuán mal pagáis la defensa
le dio al conde esta respuesta:
—¡Cortesanos, maldicientes,
cuán mal pagáis la defensa
que tuvisteis en la espada
que ha ensanchado vuestra tierra!
El Cid os tiene ganado
otro reino y cien fronteras
que ha ensanchado vuestra tierra!
El Cid os tiene ganado
otro reino y cien fronteras
y os quiere dar tierras suyas
aunque le echéis de las vuestras.
Pudiera dárselo a extraños,
mas para cosa tan fea
es Rodrigo de Vivar
castellano a las derechas.
Descansen sus envidiosos,
descansen mientras les sea
el pecho del Cid muralla
de su vida y de sus tierras,
y entretengan en palacio
sus ocios enhorabuena,
mas cuiden mejor sus honras
en vez de manchar la ajena.
Y tú, rey, que las lisonjas
a tu placer aprovechas,
has de las lisonjas huestes
y verás cómo pelean.
Perdona, que con enojo
pierdo el respeto a tu alteza,
y dame, si me has de dar,
a las hijas y a Jimena,
pues te ofrezco su rescate
como si estuvieran presas.
Levantóse el rey Alfonso
y al buen Alvar Fáñez ruega
que se sosiegue, y los dos
vayan a ver a Jimena.
Y al salir, ante la corte,
dijo parado en la puerta:
- Al Cid el destierro alzo
y le devuelvo sus tierras;
como todo lo que ha ganado
confírmole yo a Valencia,
y le añado de lo mío
Odrejón, Campó y Briviesca,
Langa y todas sus alfoces,
con el castillo de Dueñas;
que la honra del Cid es mía
y es honra de España entera.
aunque le echéis de las vuestras.
Pudiera dárselo a extraños,
mas para cosa tan fea
es Rodrigo de Vivar
castellano a las derechas.
Descansen sus envidiosos,
descansen mientras les sea
el pecho del Cid muralla
de su vida y de sus tierras,
y entretengan en palacio
sus ocios enhorabuena,
mas cuiden mejor sus honras
en vez de manchar la ajena.
Y tú, rey, que las lisonjas
a tu placer aprovechas,
has de las lisonjas huestes
y verás cómo pelean.
Perdona, que con enojo
pierdo el respeto a tu alteza,
y dame, si me has de dar,
a las hijas y a Jimena,
pues te ofrezco su rescate
como si estuvieran presas.
Levantóse el rey Alfonso
y al buen Alvar Fáñez ruega
que se sosiegue, y los dos
vayan a ver a Jimena.
Y al salir, ante la corte,
dijo parado en la puerta:
- Al Cid el destierro alzo
y le devuelvo sus tierras;
como todo lo que ha ganado
confírmole yo a Valencia,
y le añado de lo mío
Odrejón, Campó y Briviesca,
Langa y todas sus alfoces,
con el castillo de Dueñas;
que la honra del Cid es mía
y es honra de España entera.